Marcelino Sanz de Sautuola, uno de los pioneros españoles de la prehistoria, fue el descubridor, junto a su hija María, de las pinturas rupestres de la Cueva de Altamira. El mundo académico de la época rechazó que aquellas pinturas pudieran haber sido obra de hombres de la prehistoria. Fue incluso acusado de haberlas pintado el mismo. Él afirmaba que las pinturas eran antiguas y además las consideró como obras de arte, algo que los cainitas no podían soportar. Es justo recordar la figura de Sautuola.